muchacho,

todavía no terminas de sanárteme y ya estoy tratando de empalmarte con el que tampoco es. vuelven a ser las mismas preguntas y el mismo hoyo pesado en la panza al revolverme en inseguridades. definitely not, i'm not ready yet.

(traen una party impresionante en la casa de enfrente. el escándalo y la madrugada siempre te me recuerdan).

camino al santuario

habrán extendido su timidez amarilla, habrán viajado millas en vano. tontas tontas, ingenuas, en su torpeza y fragilidad natural. tambaleantes, volando bajo, hasta rozar los parabrisas, o tan alto que se quedan ciegas antes del mediodía. y otras tantas rezagadas, desorientadas, perdidas, que se arrinconan a descansar en algún árbol del centro y, tercas, tontas tontas, beben el rocío y vuelven al viento. y entonces amanecen tendidas sobre el concreto, destintándose vibrantes con deshiele del granizo. llega el día de las muertas y un niño las deshoja y se las guarda en el bolsillo.

el tiempo de las mariposas

a la estación que se alza como en eclipse parcial, le ha llegado el tiempo de las mariposas. anochece temprano, hombredelaluna-alunado, y vuelves con la hojarasca enmarañada en el cabello. (te ha traido la estación medialumbrada y a mi me lleva el remolineante tiempo del viaje).

antes de escribir cualquier cosa,

me limito a escribir algo que tome su lugar:
esto y esto también.

dejar ir

renunciar,

aplazar,

desaferrarse,

apartarse,

yo no te cedo,

pero te renuncio

por ahora.

aunque no lo entienda (s),

tomo

el camino

de la fe.

tal vez,

si es que no me renuncias, tal vez no tenga por qué.
y todo.
si te quedas cerca, quién sabe quién pueda.
y allí.
tu mano y tu manos y tus brazos.
y tú.

tal vez,
si no me renuncias...
y todo y allí y tú.
si cerca, en brazos,
tal vez también yo.

me dijeron

que tus pestañas son cascadas de agua dulce,
y que tu piel arrastra remolinos de caracoles.
que eres la fuerza que afila los días,
lo que limpia y lo que sala el aire.
me dijeron que caes peligrosamente libre,
que te arrancas brusco de las orillas de arena.
que te llevas contigo el cauce de las mañanas
y que desbaratas las estrellas del mar con ternura.
dicen que empapas, que revuelves,
que eres lo que se desparrama y lo que se encoge;
que eres tan breve como el golpe
con que te renuevas, con que te recoges.

yo quiero

reír y llorar más que cualquier otra persona en el mundo.
yo quiero
reír-te y llorar-te más que cualquier otra persona en el mundo.
yo quiero,
sí quiero,
amar-te y reír-te y llorar-te mucho más que cualquier otra persona en el mundo.
yo quisiera,
todos los días,
querer-te más que cualquier otra persona en el mundo.
y sentir-te y esperar-te.
y llorar-te y reír-te y sentir-te y esperar-te.
y amar-te mucho más,
sí,
mucho más que cualquier otra persona
en tu mundo.

todavía no me acostumbro a tus manos,

y luego desperté.